La respiración en el Método Pilates

La práctica continuada de actividad física, como ya hemos abordado en otras publicaciones, provoca adaptaciones específicas en el organismo generando efectos de tipo morfológicos, fisiológicos y psíquicas. En el artículo de hoy vamos a centrarnos en un elemento muy importante, LA RESPIRACIÓN.

Respirar es sinónimo de vida, de bienestar tanto físico como mental y por lo tanto, debemos practicarla prestándole la atención que merece.

A nivel general, la práctica de actividad física aumenta:
– La ventilación pulmonar.
– El transporte de oxígeno y dióxido de carbono.
– La respiración alveolar.
– La difusión de oxígeno.
– La velocidad de difusión del dióxido de carbono por la membrana.
– El volumen pulmonar.
– La frecuencia respiratoria.

Cuando entrenamos, el sistema respiratorio se estimula a varios niveles orgánicos:

En primer lugar, la práctica constante nos ayuda a optimizar los mecanismos que activan la respiración mejorando la frecuencia e intensidad de las señales que el sistema nervioso central, a través del cerebro, envía al tronco encefálico para iniciar el proceso respiratorio.

En segundo lugar, el manejo de mayores cantidades de aire en los pulmones estimula la musculatura accesoria de la respiración. A parte de la acción del diafragma y los intercostales externos en la mecánica respiratoria basal, con la actividad física se activa un trabajo accesorio de los músculos escalenos, esternocleidomastoideos, extensores de la columna vertebral, pectorales y serratos mayores en la inspiración y los músculos abdominales e intercostales internos en la espiración. Además, el incremento de las presiones tanto bucales como pleurales mejoran la capacidad de la caja torácica.

En tercer lugar, se estimula el intercambio gaseoso debido al incremento de la presión alveolar y a la activación de los quimiorreceptores del centro respiratorio que mejoran su funcionamiento con el ejercicio.

En cuarto lugar, se produce un aumento de las concentraciones de oxígeno en la sangre durante el entrenamiento físico optimizándose los mecanismos de absorción, transporte y difusión tanto a nivel orgánico como muscular.

Por último, destacar la enorme influencia de la respiración sobre el aparato circulatorio ayudando a mejorar la capacidad aeróbica general de los practicantes de actividad física.

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La respiración en el MÉTODO PILATES es muy importante ya que, a parte de los múltiples beneficios que comparte con otras actividades físicas de forma general, aporta sentido a los ejercicios ayudando a provocar los efectos que se pretenden en cada momento. Sin lugar a dudas, las adaptaciones del cuerpo a un mismo movimiento mejoran notablemente si usamos la respiración de forma adecuada y consciente.
No existe un sólo tipo de respiración en Pilates, tenemos diferentes formas de trabajarla que van aumentando en dificultad a medida que progresamos en el Método. De esta forma, los practicantes con cierta experiencia realizan series respiratorias con unos beneficios muy positivos.
Entre los efectos específicos de esta práctica de acondicionamiento físico destacamos:

– La influencia sobre la caja torácica a través del desarrollo equilibrado de la musculatura respiratoria y del efecto directo que ejerce sobre la musculatura del resto del cuerpo.Células

– La respiración aporta la energía necesaria para realizar los ejercicios correctamente. Su relación con la calidad, precisión y fluidez de los ejercicios es determinante.

– El incluir la respiración en los movimientos de manera consciente implica el desarrollo de un elemento fundamental en el Método Pilates, la consciencia corporal.

– Las células al recibir una mayor oxigenación permiten la eliminación de las toxinas del organismo. Además, beneficia especialmente a los órganos vitales relacionados con el aporte de oxígeno.

 

Nuestro Centro de Pilates en Sevilla apuesta por la práctica consciente de la respiración introduciéndola correctamente gracias a nuestra metodología de trabajo.

Un saludo a nuestros lectores.